Caían gotas de lluvia... Tarde nublada y oscura,lo suficiente para que los conductores encendieran las luces, para que el niño buscara en su bulto la capa... Para pensar en cada gota de lluvia como una caricia de sus manos... De esas que lo hacían sentirse en el lugar y momento correcto, aun cuando lloviera...
Que dichoso ese niño, a mí la lluvia no me produce eso exactamente...
ResponderEliminarq tuanis es el amor, capaz de recordarnos las maravillas de la vida, cuando se camino despacio y sin prisa, solo la del corazon.
ResponderEliminarMuy bueno fren, saludos!